viernes, 6 de junio de 2008

LA FRAGUA, UN GRUPO QUE BUSCA ERIGIR SU TEATRO EN LA CONTIDEANEIDAD DE LA GENTE

LA FRAGUA, UN GRUPO QUE BUSCA ERIGIR SU TEATRO EN LA COTIDEANEIDAD DE LA GENTE

Bajo el pleno sol de la ciudad de El Progreso se erige la estructura del teatro la fragua. Bordeado de almendros y palmeras el edificio de la fragua posee una sala que no se encuentra en desventaja con el resto de espacios teatrales del país. Su construcción, completamente de madera, contiene todas las áreas y secciones que requiere un moderno y bien distribuido teatro en nuestro tiempo: una taquilla, un espacio escénico semejante a un teatro arena que puede contener 200 espectadores bien acomodados, camerinos y servicios para actores y público, un sistema de luces que le permite al grupo un juego y experimentación luminotécnica eficaz y única en el país, una biblioteca bien organizada, un salón pequeño para charlas o estudios que es el punto de reunión, donde los fragüenses planifican sus actividades artísticas. Además, la construcción contiene dos bodegas: una de carpintería y otra de electricidad.
Esta solvente infraestructura, a la manera de una galera bien aprovechada, es indudablemente, uno de los logros que la fragua ha sostenido desde su fundación en julio de 1979 en la ciudad de Olanchito.
Han transcurrido diez años de labor y es tiempo de hacer un recuento de la cosecha. A primera vista es innegable que la fragua ha sabido sortear en una década sus proyectos de índole artística. Un análisis retrospectivo del grupo proporcionado por sus antiguos y nuevos miembros, señala que en la actualidad el colectivo dirige sus esfuerzos a establecer nuevas formas de trabajo escénico, mejorar el aspecto económico así como activar y estabilizar la organización interna, con el objetivo de proyectarse a más lugares del país y ofrecer, además, a los artistas y público popular nacional un área teatral permanentemente activa.
En el ámbito artístico Jack Warner, director y artífice del equipo teatral, señala las metas presentes y futuras: La escenificación de los evangelios para incorporar al teatro en las raíces más cotidianas de la gente y desarrollar actores o públicos potenciales para contar con ellos en próximas actividades. A la vez se trata de conformar una expresión genuinamente hondureña que provenga de las aldeas y caseríos donde el colectivo ha organizado talleres y grupos teatrales. La otra meta, muy emparentada con la primera, es realizar escenificaciones de cuentos folclóricos e indígenas hondureños y centroamericanos redimiendo con ello, la herencia y tradiciones nacionales.
Si se trata de enumerar las dificultades y logros de estos años, la fragua no ha contado con actores académicamente formados ni con actores profesionales. Una actitud consciente ante esta situación ha llevado a la fragua por la vía que recorren los grupos más definidos del país: a través de un paulatino entrenamiento de los miembros se ha menguado esta frustración inicial hasta nivelar las deficiencias. La experiencia de la fragua no siempre cae en el vacío, los actores más acabados sugieren a los nuevos miembros un camino que han recorrido. De cirqueros reconocidos, por obra y gracia de los campesinos, a la formación de grupos de teatro en comunidades y aldeas campesinas, hay un camino que marca definitivamente, un logro del cual la fragua se enorgullece. Otro problema es que las infraestructuras en los lugares de presentación, por lo general, nunca están a la mano. Sin embargo, como el teatro religioso del Medioevo, la fragua utiliza la arquitectura de las iglesias de los pueblos y comunidades campesinas para representar los evangelios y más tarde otras obras y temas.
El contacto, la experiencia con el público "descartado" y marginal de las aldeas y montañas cercanas o alejadas de El Progreso tienen para Jack Warner y el grupo, una fuerza inusual, una respuesta que sobrepasa las dificultades más inverosímiles. Edy Barahona que ha experimentado todos los montajes y talleres del grupo desde su creación, hace un recuento de los talleres en comunidades con fuerte población campesina y obrera que, como Sonaguera, Tocoa, Trujillo, Olanchito, Yoro, Morazán y Sulaco, conforman los espectadores base de la fragua. Edy Barahona define a la fragua como un grupo de teatro popular cuyo objetivo principal es llevar el teatro hacia los sectores obrero/campesinos. ¿Y las ciudades? Las ciudades, sí, pero ellas proporcionan la fuente económica adicional para solventar ciertos gastos. En el campo todo es diferente, hasta el pago resulta simbólico. En definitiva, dice Edy que "lo importante para nosotros es llevar un mensaje".
la fragua se inició con el montaje y adaptación de obras de Luis Valdez y El Teatro Campesino. Jack Warner percibió en estas obras un modelo del teatro popular con calidad temática que, necesariamente, llevarían al grupo al nivel profesional que debe tener todo equipo que pretende hacer teatro popular actual, para enfrentar al cine y la televisión que ejercen una poderosa atracción entre el público al que se dirigen. Las obras de El Teatro Campesino de Luis Valdez resultaron las mejores adaptaciones del grupo, y de hecho, las que más aceptación han tenido entre el público campesino de la costa y de las zonas donde la fragua se presenta. La búsqueda de una forma accesible para el espectador base -como le llama Warner al público campesino-, los llevó a incursionar en una forma autóctona similar a la Comedia dell 'Arte, y de aquí al redescubrimiento del teatro religioso como el germen de un teatro popular al igual que en la Europa de los siglos XIV, XV y XVI.

Emmanuel Jean
Crítico
(Honduras)

No hay comentarios: