jueves, 5 de junio de 2008

SIN LOS INDIGENAS SOY NADA

SIN LOS INDIGENAS SOY NADA

La estética indígena, la de la marginación son una obsesión que le vienen desde la cuna a María Alicia Martínez Medrano (Sonora, 1937) "soy nieta de indio". Su padre la llevaba todos los fines de semana a su rancho en Ciudad Obregón, ahí vio a los yaquis danzar, posteriormente tuvo contacto con etnias como la rarámuri y la maya.
A los siete años vio a un venado bailar. Era la danza del venado yaqui, con un hombre que volaba por los aires interpretando al animal y varios bailarines con cresta que lo acompañaban. El impacto fue mayúsculo cuando un venado de verdad presenciaba, atento, el baile, hasta que un fotógrafo trató de acercarse y el animal despareció pegando un brinco colosal. La niña llegó a su casa y dijo a sus padres que había visto a Dios. Pensaron, por supuesto, que se había deschavetado, - también afirmaba que había descubierto la música-. El médico declaró que no había problema, que estaba bien de la cabeza, ante esto la llevaron con un sacerdote que le hizo rezar plegarias. Esa conexión mágica del venado con la ceremonia no la abandonó y desde hace muchos años María Alicia Martínez Medrano produce teatro con comunidades indígenas para seguir con el embrujo y aprender de las culturas ancestrales.
El resultado de más de 40 años de trabajo: 26 laboratorios de teatro en nueve entidades del país, 17 mil alumnos, formación integral de 300, y egreso de 454 maestros-productores, presentaciones en México, EU y Europa de mil 714 obras de teatro responden al trabajo y la pasión de María Alicia, fundadora también del programa El Teatro en las Delegaciones, del Laboratorio de Teatro del Museo Nacional de Culturas Populares, concebido para gente marginada con objeto de que hagan teatro en el ámbito que quieran: "que formen su propia compañía, trabajen en colonias, sean maestros".
Hace 35 años, el empuje para Martínez Medrano fue tener a maestros de la calidad de Seki Sano, con su formación en el Actor's Studio, de Nueva York o Virgilio Mariel, y muchos años después la fortuna de conocer a Joseph Papp que llevó Bodas de sangre a Catskill Sullivan Counting, en 1989 y después Romeo y Julieta. La inspiración fue mucho antes, cuando contaba apenas con seis años de edad, pero el inicio fue una gira de trabajo por todo el país que hizo con Mariel, con El principito, de Antoine de Saint Exupery mismo que entendían perfectamente los indígenas, los campesinos, los pobladores, hasta los burócratas. Y alguna autoridad también lo entendía, afirma la directora, también que a las autoridades políticas es necesario educarlas en arte, enseñarles que el teatro es el más convocante de las artes y eso lo aprendió de Víctor Flores Olea en Treinta siglos de esplendor.
Para la también dramaturga y maestra, el arte intangible es el arte que hace el hombre actuando, bailando, la música en concierto, el teatro, el espectáculo, ese es el arte intangible porque se ve hasta que lo representa el hombre, solo o en grupo. Estudiosa de las más profundas y primigenias manifestaciones escénicas, ha descubierto que hay teatro entre los Mayas desde hace 19 siglos, paralelo casi al teatro de Grecia. Eso quiere decir que todas las culturas importantes del mundo han hecho teatro, han hecho espectáculos, tienen danza, tienen música, tienen conciertos, sea con tambores, tamborileros, con flautas de caña y tienen muchos instrumentos que son muy elementales, muy antiguos.
El asimilar que la más importante forma de mestizaje durante la conquista la traen los sacerdotes, que, en la entrada de las iglesias representaban para ganarse al pueblo, y que fue una forma teatral utilizada durante tres siglos. Este aprendizaje le sirve para que, en su encuentro con los indígenas confirme que la gente de ciudad piensa mal de los indígenas. Piensa muy mal por ignorancia, discriminación, olvido y desprecio. Porque no se conocen las 2 mil 300 fiestas en el país. Porque en México los espectáculos indígenas se han vuelto folclorismo. Porque en general los indígenas sirven al turismo, pero se desconoce su arte vivo riquísimo. Porque los indígenas saben que divertir es transformar y allí está su privilegio y su peligro. Porque, es gente sensible que tiene arte tangible.
Cuando le cuestionan a la maestra cómo les enseñó a hablar a los indígenas, ella simplemente responde que saben hablar, y lo más formidable es que saben hablar porque son contemplativos, "los habitantes de ciudad no nos damos tiempo de contemplar nada, a menos que entremos a un museo, a una iglesia o estemos en una función, pero ellos son contemplativos siempre, están viendo el cielo por si llueve para que su siembra produzca, ellos escuchan a las piedras, escuchan al río, escuchan a los mares, esta actitud es permanente, cuando llegas ellos no hablan, preguntan a qué vienes".Esta idea de involucrar a la gente con el teatro y llevar multitudes a presenciarlo, "Yo no lo inventé, lo hizo Shakespeare, hizo grandes obras para ir a los pueblos, la diferencia está en que yo pienso que ahora deben ser intérpretes ellos mismos, ser creadores de sus obras".
"La principal estrategia de los integrantes del LTCI es que no llevan espectáculos a los pueblos, sino que viven con el pueblo y hacen el teatro con el pueblo y para el pueblo: sutil diferencia". Tomás Espinosa.
Martínez Medrano huyó a Yucatán en 1971, luego de ver morir a varios compañeros en el conmvulso1968, donde fundó el Centro Cultural Cordemex en Mérida y durante ocho años trabajó con 5 mil alumnos henequeneros con los que integró el primer sistema de enseñanza-aprendizaje de teatro.
La persecución apareció de nuevo al terminar el sexenio de López Portillo. Salió de Yucatán hacia Coahuila para establecer una escuela con los mineros, de allí fue a Michoacán y luego a Tabasco. El resultado: la creación de centros que dieron origen al Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena (LTCI). En loslaboratorios hay un rigor académico con 32 materias obligatorias en la preparación de cada estudiante para que rescaten todo lo que tiene dentro de ellos: danza, música, biomecánica, improvisación, voz, dicción, memorización, análisis, etc. y trece exámenes que califica un grupo de especialistas. Ella considera que esta formación ayuda a que los indígenas hagan cualquier cosa en el escenario, donde la improvisación es su herramienta para dominar la escena con danza y música y representar obras de Federico García Lorca, Sergio Magaña o Elena Garro, de quienes han presentado piezas como Bodas de sangre, La tragedia del jaguar, Poeta en Nueva York, La siembra bendita, La casa de Bernarda Alba, Moctezuma II o El árbol.
"El trabajo del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena no es artificial, orgánico; está ligado a la historia de su país, de su cultura y es profundamente político en el mejor sentido de la palabra; tienen una ideología muy humana y una escala de excelencia artística. En el mundo no he visto nada comparable con lo que hace este grupo". Joseph Papp, Creador del New York Shakespeare festival.
De pronto les regalo García Lorca a sus alumnos, pero nada más les platicó quién fue y algo de Bodas de sangre, cuando les platica que había puesto la obra en un teatro cerrado, y que su obsesión era abrirlo con indígenas y con campesinos, ellos deciden que la quieren representar, al llegar al análisis de la obra se piensa que tardaran horas y horas para ver si entienden la obra, sin embargo, lo logran muy rápido por lo contemplativos que son, por lo atentos que son de todo lo que pasa a su alrededor, con absoluto interés analizaron la obra, sus actos, sus personajes, lo que ella conlleva, la simbología de la misma y seleccionaron personajes, pero como eran muchos decidieron someterlo a concurso.
Su experiencia confirma que lo que logró acercar a los indígenas y campesinos al teatro es la pasión por una obra, después la dedicación a lo estrictamente técnico con los actores, conjunción que le permitió crear un puente entre los actores y la dirección, analizando absolutamente todo lo que les quedaba diluido, todo lo que les quedaba oscuro, todo lo que les quedaba lejano, toda la obra, renglón por renglón hasta entenderla perfectamente.
La otra parte del destino es que Lorca escribe sus obras para el género femenino, todas sus obras están dedicadas a la mujer y es uno de los más grandes defensores de las mujeres. Los indígenas lo entienden bien porque la anécdota de la tragedia se da en todos los pueblos y le contaban de inmediato que en tal pueblo sucedió esto mismo y casaron a la novia con el hombre que no quería y después se fue con el hombre que amaba. Lorca en eso fue absolutamente certero, algunos de sus dramas se basaron en publicaciones de nota roja, aunque es una situación que no solo se da entre pobres o indígenas, también entre millonarios, quienes deciden con quién casan a sus hijas y a sus hijos, finalmente la obra lorquina es una defensa de los derechos de la mujer en todo los sentido, incluyendo el sexual.
La compañía ha tenido múltiples y exitosas presentaciones en el extranjero, tanto en Estados Unidos como en Europa, de las mas memorables han sido las del Parque Central de Nueva York y la de Fuente Vaqueros, España. Han ido los tres aviones necesarios para transportar equipo técnico, humano y animal, y hay críticas (que anexamos), para dar cuenta de la repercusión del trabajo de esta intensa mujer, en pro del arte vivo de las comunidades indígenas. En España era la primera vez que se ponía García Lorca, después del tirano fascista Franco. María Alicia Martínez Medrano, al frente del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena, orgullosamente mexicano, tuvo el valor de montar por primera vez a Lorca en Fuente Vaqueros, la recepción en el pueblo natal de Lorca, donde su mamá lo impulso y protegió para que fuera pianista, pintor, poeta y dramaturgo, fue excelente, cuando llegaron al espacio escénico, "ya nos esperaban y nosotros nos iniciamos porque estábamos en la tierra de Federico García Lorca".
"Colosal e inusitada la representación que ofreció el LTCI de la obra Bodas de Sangre, en el propio pueblo natal de Lorca". Ideal, diario de Andalucía, España.
"Es una lección de humildad para nosotros, que a veces nos enredamos en intelectualismos", Adolfo Marsillach, Director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico de España.
"En un escenario natural rodeado por altas alamedas se desarrolló la representación, en la que intervinieron 150 actores, con una escenografía insólita", Festival Iberoamericano de Teatro en Cadiz, España. El País.
El principal propósito de la titánica labor de Martínez Medrano es que conozcan la calidad y la belleza de los indios (no anhela aplausos para ella), y que vean a los indígenas trabajando a un autor tan difícil, tan completo, tan lleno de pasiones, -por eso lo mataron- como Federico García Lorca, García Lorca, que es universal.
Hace mas de 10 años, el LTCI dio muestras de su talento cuando presentó Bodas de Sangre en el escenario natural del Bosque de Chapultepec, el año pasado ofreció unas cuantas funciones en la Plaza de Toros México. Martínez Medrano confesó que cuando escuchó la propuesta de montar Bodas… en la Plaza de Toros, la idea le pareció descabellada, sin embargo, después de reflexionar y recordar que García Lorca montó esta obra en todo tipo de lugares, desde presentaciones callejeras hasta en pequeños cosos, entonces el proyecto dejó de parecerle absurdo.
Durante el Segundo Coloquio Arte y Género, María Alicia Martínez Medrano declaró que, a partir de la Conquista, en México la clase en el poder consideró como 'bellas artes' a las manifestaciones europeas y mestizas, y condenó a las expresiones indígenas a resguardarse bajo la etiqueta de 'arte popular', señalando la cauda discriminatoria de las autoridades y la clase media de aquel entonces.
Para la directora, tres son las reflexiones que permiten observar que la inmensa mayoría del pueblo, sea cual sea su extracción social, ha participado en la vida artística antes, durante y después de la Independencia.La primera es su participación como mano de obra dentro de las bellas artes, en las que logró crear un estilo arquitectónico propio, el barroco mexicano, con una sensibilidad distinta a la del ejercicio europeo.La segunda se refiere a los derechos obtenidos a través de las luchas sociales de Independencia y Revolución para disfrutar y aprender cada una de las manifestaciones como artistas, no sólo como trabajadores.La tercera y última rescata la riqueza cultural y artística heredada del mestizaje, que ha provocado un esplendor de 30 siglos, capaz de hacer considerar a México como un país de verdaderos creadores.

Salvador Parches Galván
Crítico y Periodista de Teatro
(México)

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